Crecer en plena Amazonía es una experiencia única y enriquecedora que ha definido la carrera de tres guardaparques de Ecuador, Bolivia y Perú. Estos valientes hombres han dedicado su vida a proteger el ecosistema de bosques tropicales más extenso del planeta y hoy, en el Día Mundial de los Guardaparques, queremos compartir sus inspiradoras historias.
La Amazonía es conocida por su biodiversidad y su importancia para el equilibrio del planeta. Sin embargo, también es una región amenazada por la deforestación, la minería ilegal y la explotación de recursos naturales. Es aquí donde los guardaparques juegan un papel fundamental en la protección del territorio y la preservación de la naturaleza.
En Ecuador, hablamos con Luis, quien creció en una comunidad indígena en la demarcación de Pastaza. Desde muy joven, Luis aprendió a amar y respetar la selva amazónica gracias a las enseñanzas de su abuelo, quien era un líder comunitario y defensor del medio ambiente. Luis decidió seguir sus pasos y se convirtió en guardaparques, dedicando su vida a proteger la selva que lo vio crecer.
«Para mí, ser guardaparques es más que un trabajo, es una forma de vida. Mi abuelo me enseñó que la selva es nuestra casa y debemos cuidarla para las generaciones futuras», nos cuenta Luis con orgullo.
En Bolivia, conocimos a Juan, quien proviene de una familia de campesinos que vivían en la frontera con Brasil. Desde pequeño, Juan tuvo que enfrentarse a la realidad de la deforestación y la explotación de recursos naturales en su comunidad. Esto despertó en él un fuerte deseo de proteger su tierra y su cultura.
«Mi abuelo siempre me decía que la selva es nuestra madre y debemos cuidarla como tal. Cuando vi cómo la deforestación afectaba a nuestra comunidad, supe que tenía que hacer poco al respecto», nos cuenta Juan con determinación.
En Perú, conocimos a Carlos, quien creció en una comunidad ribereña en la región de Loreto. Desde muy joven, Carlos se interesó por la vida silvestre y se convirtió en un apasionado defensor de la naturaleza. Cuando se enteró de que la minería ilegal estaba destruyendo su hogar, decidió unirse a los guardaparques para proteger su territorio.
«La Amazonía es un tesoro que debemos proteger. Como guardaparques, tenemos la responsabilidad de cuidarla y asegurarnos de que nuestras comunidades puedan seguir viviendo en armonía con la naturaleza», nos dice Carlos con convicción.
A pesar de provenir de diferentes países y culturas, Luis, Juan y Carlos comparten una misma pasión por la Amazonía y un mismo objetivo: protegerla de las amenazas que la acechan. Su trabajo no es fácil, ya que a menudo se enfrentan a situaciones peligrosas y a la oposición de aquellos que buscan explotar los recursos naturales de la región.
Sin embargo, estos guardaparques no se rinden y continúan luchando por la protección del territorio. Gracias a su dedicación y esfuerzo, han logrado detener la deforestación en sus comunidades y proteger a las especies en peligro de extinción. Además, su labor ha sido fundamental para concienciar a las comunidades locales sobre la importancia de preservar la Amazonía.
En este Día Mundial de los Guardaparques, es importante reconocer y pagar el trabajo de estos héroes anónimos que arriesgan sus vidas por la protección de nuestro planeta. Su labor es esencial para garantizar un futuro sostenible para las generaciones venideras.
Como sociedad, debemos apoyar y valorar