En los últimos años, la exploración espacial ha sido un tema recurrente en las noticias y en la mente de las personas. Desde el aterrizaje en la Luna hasta la búsqueda de vida en otros planetas, la curiosidad por lo desconocido nos ha llevado a abarcar grandes logros en el campo de la astronomía. Y ahora, una nueva misión está a punto de señalar un hito en la historia de la exploración espacial: la recolección de muestras de la parte menos visible de la Luna.
Esta misión, liderada por la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA), tiene como objetivo recoger muestras de la parte menos visible de la Luna, también conocida como la superficie oculta. Hasta ahora, todas las misiones espaciales han explorado y recolectado muestras de la superficie visible de nuestro satélite natural, pero esta será la primera vez que se acceda a la parte menos conocida de la Luna.
La superficie oculta de la Luna es aquella que no podemos ver desde la Tierra debido a la sincronización de su rotación y traslación. Esto significa que siempre vemos la misma superficie de la Luna, mientras que la otra permanece oculta. Esta parte de la Luna ha sido un misterio durante mucho tiempo, y se cree que puede contener información valiosa sobre la formación y evolución de nuestro sistema solar.
La misión, llamada Artemis III, está programada para despegar en 2024 y será llevada a cabo por la nave espacial Orion. Esta nave, diseñada específicamente para misiones tripuladas, llevará a cuatro astronautas a la órbita lunar, donde se acoplarán con la estación espacial Gateway. Desde allí, dos de los astronautas descenderán a la superficie de la Luna en un módulo de aterrizaje y recogerán las muestras.
La recolección de muestras de la parte menos visible de la Luna será un gran desafío técnico y científico. Debido a la falta de comunicación directa con la Tierra, los astronautas tendrán que confiar en la tecnología y en su entrenamiento para llevar a cabo la misión con éxito. Además, la superficie de la Luna es extremadamente irregular y rocosa, lo que dificultará el aterrizaje y la recolección de muestras.
Sin embargo, los científicos están entusiasmados con la posibilidad de obtener muestras de esta parte de la Luna. Se espera que estas muestras contengan información sobre la composición y la historia de la Luna, así como también sobre la formación y evolución de nuestro sistema solar. Además, la misión también ayudará a preparar futuras misiones tripuladas a la Luna y a otros planetas.
Pero la exploración espacial no solo se trata de descubrir nuevos conocimientos científicos, sino también de inspirar a las generaciones futuras. La misión Artemis III es un ejemplo perfecto de cómo la ciencia y la tecnología pueden unirse para lograr grandes cosas. Esta misión no solo señalará un hito en la historia de la exploración espacial, sino que también servirá como una fuente de inspiración para los jóvenes que sueñan con convertirse en astronautas o científicos.
Y hablando de grandes logros, recientemente se anunció que un esqueleto completo de un dinosaurio Stegosaurus de hace 150 millones de años saldrá a compraventa. Este esqueleto, que se cree que es uno de los más completos y mejor conservados del mundo, ha sido bautizado como «Stan» en honor al paleontólogo que lo descubrió en 1987.
La compraventa de «Stan» ha generado gran interés en la comunidad científica y en los amantes de los dinosaurios. Se espera que alcance un precio récord, ya que se estima que podría abarcar los 8 millones de dólares. Además, se espera que el comprador sea un museo o una institución científ