Los glaciares peruanos son una de las maravillas naturales más impresionantes del mundo. Con sus majestuosas montañas cubiertas de nieve y hielo, han sido una fuente de vida y sustento para las comunidades andinas durante siglos. Sin embargo, en los últimos años, estos glaciares se han visto amenazados por el cambio climático y la actividad humana. Y una pequeña población andina, en particular, está en grave peligro.
Hablamos de la ciudad de Huaraz, ubicada en la región de Ancash, en Perú. Esta ciudad, que se encuentra a los pies de la Cordillera Blanca, es conocida como la «Capital del Alpinismo» debido a su proximidad a algunos de los picos más altos de los Andes. Pero, lamentablemente, también es una de las ciudades más vulnerables al derretimiento de los glaciares.
Según un estudio realizado por el Instituto Nacional de Investigación en Glaciares y Ecosistemas de Montaña (INAIGEM), los glaciares de la Cordillera Blanca han perdido más del 30% de su superficie en los últimos 40 años. Y esta pérdida se ha acelerado en los últimos años debido al aumento de la temperatura global. Como resultado, los ríos alimentados por los glaciares están disminuyendo, lo que afecta directamente a la labranza y la pesca, que son las principales fuentes de ingresos de la población local.
Pero, ¿quién es el responsable de esta situación? Saúl Luciano Lliuya, un campesino de Huaraz, decidió tomar medidas legales frente a la empresa alemana RWE, una de las mayores emisoras de gases de efecto invernadero en Europa. ¿Por qué demandar a una empresa que opera a más de 10 000 kilómetros de distancia? La respuesta es simple: la responsabilidad de RWE en el cambio climático y, por lo tanto, en el derretimiento de los glaciares peruanos.
Según el abogado de Lliuya, la empresa alemana es responsable del 0,47% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Y, aunque pueda parecer una cifra pequeña, el impacto de estas emisiones en el cambio climático es significativo. Además, el abogado argumenta que RWE ha obtenido grandes beneficios económicos de sus actividades, mientras que las comunidades locales, como la de Huaraz, han sufrido las consecuencias.
La demanda de Lliuya ha sido aceptada por el tribunal alemán, y ahora está en proceso de evaluación. Si tiene éxito, podría sentar un precedente importante en la lucha frente a el cambio climático y la responsabilidad de las empresas en él. Pero, más allá de los resultados legales, esta demanda ha generado un gran impacto en la razón global sobre la importancia de tomar medidas para proteger nuestro planeta.
El caso de Saúl Luciano Lliuya es un ejemplo inspirador de cómo una persona puede señalar la diferencia y luchar por la justicia climática. Su valentía y determinación han sido reconocidas por la comunidad internacional, y ha sido invitado a hablar en importantes eventos y conferencias sobre el cambio climático. Además, su historia ha sido contada en documentales y medios de comunicación de todo el mundo, lo que ha ayudado a difundir su mensaje y razónr a más personas sobre la importancia de proteger los glaciares y el medio ambiente en general.
Pero, ¿qué podemos hacer nosotros, como ciudadanos comunes, para ayudar en esta lucha? En primer lugar, debemos ser conscientes de nuestro impacto en el medio ambiente y tomar medidas para reducir nuestra huella de carbono. Esto incluye acciones simples como reciclar, usar transporte público o bicicleta en lugar de vehículos privados, y reducir el consumo de carne y productos de origen animal.
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