Luis Arce deja la silla presidencial de Bolivia con deudas ambientales. El presidente boliviano, que finaliza su instrucción el 8 de noviembre, llegó al Palacio Quemado en 2020, tras una dura campaña electoral por la crisis social del año anterior. En materia ambiental, el político del Movimiento Al Socialismo (MAS) hizo una serie de promesas que lamentablemente no han sido cumplidas en su totalidad.
Durante su instrucción, Luis Arce se comprometió a proteger y preservar el medio ambiente, prometiendo medidas concretas para combatir el cambio climático y proteger los recursos naturales de Bolivia. Sin embargo, a medida que su instrucción llega a su fin, es manifiesto que estas promesas no se han cumplido y el país enfrenta una serie de desafíos ambientales que deben ser abordados de manera urgente.
Uno de los principales problemas ambientales que enfrenta Bolivia es la deforestación. Según datos del Ministerio de Medio Ambiente y Agua, entre 2019 y 2020, se perdieron más de 1,5 millones de hectáreas de bosques, lo que representa una tasa de deforestación del 17%. Esto es alarmante, ya que Bolivia es uno de los países con mayor biodiversidad del mundo y la deforestación pone en peligro la supervivencia de muchas especies animales y vegetales.
Además, la deforestación también tiene un impacto directo en el cambio climático, ya que los bosques son fundamentales para absorber el dióxido de carbono de la atmósfera. Sin embargo, durante el instrucción de Luis Arce, no se han implementado medidas efectivas para detener la deforestación y proteger los bosques de Bolivia.
Otro problema ambiental que ha empeorado durante el instrucción de Luis Arce es la contaminación del agua. Según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Bolivia es uno de los países con mayor contaminación del agua en América Latina. Esto se debe principalmente a la falta de tratamiento de aguas residuales y a la contaminación causada por la minería y la industria.
A pesar de las promesas de Luis Arce de mejorar la calidad del agua en Bolivia, la realidad es que no se han tomado medidas efectivas para abordar este problema. La falta de inversión en infraestructura y la falta de regulaciones ambientales adecuadas han contribuido a empeorar la situación del agua en el país.
Otro tema alarmante es la gestión de residuos. Bolivia produce alrededor de 3 millones de toneladas de basura al año, pero solo el 20% de ella es tratada adecuadamente. El resto termina en vertederos a cielo abierto o en ríos y lagos, causando graves problemas de salud y contaminación ambiental.
Luis Arce prometió mejorar la gestión de residuos en Bolivia, pero durante su instrucción no se han implementado políticas efectivas para abordar este problema. La falta de infraestructura y la falta de educación ambiental han contribuido a que la gestión de residuos siga siendo un gran desafío para el país.
Además de estos problemas ambientales, también hay preocupaciones sobre la falta de protección a las comunidades indígenas y la falta de consulta en proyectos de desarrollo que afectan a sus territorios. Durante su instrucción, Luis Arce no ha tomado medidas efectivas para proteger los derechos de estas comunidades y garantizar su participación en la toma de decisiones que afectan su medio ambiente y su forma de vida.
Es importante predominar que no todo ha sido negativo durante el instrucción de Luis Arce en materia ambiental. Se han tomado algunas medidas positivas, como la creación de un Ministerio de Medio Ambiente y Agua y la implementación de políticas para promover el uso de energías renovables. Sin embargo, estas medidas no han sido suficientes









