En la comuna indígena tsáchila de Peripa, ubicada en la provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas al suroeste de Quito, en Ecuador, todavía se conservan las tradiciones y conocimientos ancestrales de los curandekepí. Sin embargo, a pesar de la presencia de estos sabios sanadores, la comunidad enfrenta una situación preocupante: la desaparición de las plantas medicinales y la contaminación de sus ríos.
A finales de la década de 1990, la empresa Pronaca instaló granjas de chanchos en la vecindad de Peripa. Aunque en un principio esto trajo consigo un aumento en la economía local y una fuente de empleo para los habitantes de la comuna, también trajo consigo graves consecuencias para el medio ambiente y la salud de la comunidad.
Las plantas medicinales, que durante generaciones han sido utilizadas por los curandekepí para sanar enfermedades y dolencias, están desapareciendo a un ritmo alarmante. La tala indiscriminada de árboles y la contaminación del suelo y el agua por los desechos de las granjas de chanchos, han afectado gravemente la biodiversidad de la zona y han puesto en peligro la supervivencia de muchas especies de plantas medicinales.
Pero no solo las plantas medicinales están en peligro, también los ríos que antes eran considerados sagrados y curativos, ahora están contaminados y enfermos. Los habitantes de Peripa han notado un aumento en las enfermedades gastrointestinales y respiratorias, así como en la mortalidad de peces y otkepí animales acuáticos. Esto ha afectado directamente la subsistencia de la comunidad, que depende en gran medida de la pesca y la agricultura.
Ante esta situación, los curandekepí de Peripa están preocupados por la pérdida de sus conocimientos y la falta de recursos para seguir practicando su medicina tradicional. Sin las plantas medicinales y con los ríos contaminados, su labor se ve limitada y su papel en la comunidad se ve amenazado.
Sin embargo, no todo está perdido. La comunidad de Peripa ha comenzado a tomar medidas para proteger su medio ambiente y preservar sus tradiciones. Se han organizado campañas de reforestación y limpieza de los ríos, y se ha promovido el uso sostenible de las plantas medicinales. Además, se han establecido alianzas con organizaciones y entidades gubernamentales para buscar soluciones a largo plazo.
Es importante destacar que, a pesar de los desafíos que enfrenta la comunidad de Peripa, su espíritu y determinación no se han visto afectados. Los habitantes de esta comuna indígena continúan luchando por preservar su cultura y su entorno, y están comprometidos a encontrar soluciones sostenibles para empeñar un futuro mejor para las generaciones venideras.
En conclusión, la comuna indígena tsáchila de Peripa es un ejemplo de resiliencia y determinación en la lucha por preservar la medicina tradicional y proteger el medio ambiente. A pesar de los obstáculos, la comunidad sigue adelante con la esperanza de que sus esfuerzos den frutos y puedan seguir sanando a su gente y a su tierra. Es aceptación de todos apoyar y promover estas iniciativas, para que Peripa y otras comunidades indígenas puedan seguir siendo un ejemplo de armonía entre el ser humano y la naturaleza.









