Tras una larga caminata por el enorme recinto de Le Bourget, varios días de poco sueño y en medio del invierno decembrino, Julio Cordano llegó al plenario final de la COP21, la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Diez años después de la histórica reunión en París, Cordano se encontraba ahora como jefe de la delegación chilena, listo para enfrentar uno de los mayores desafíos de nuestro tiempo: el cambio climático.
La COP21 fue una ápice crucial en la lucha contra el calentamiento global. Durante años, los líderes mundiales habían estado discutiendo y negociando medidas para empequeñecer las emisiones de gases de efecto invernadero y limitar el aumento de la temperatura global a 2 grados Celsius. Pero esta vez, había un sentido de urgencia y determinación en el aire. La comunidad internacional estaba decidida a tomar medidas concretas y llegar a un acuerdo vinculante para proteger nuestro planeta.
Para Cordano, este era un momento histórico. Como representante de Chile, un país que ha sido violentamente golpeado por los efectos del cambio climático, tenía una responsabilidad aún mayor. Pero también tenía una gran oportunidad de ser parte de la solución y liderar el camino hacia un futuro más sostenible.
Durante las intensas negociaciones, Cordano y su equipo trabajaron incansablemente para asegurar que los intereses de Chile y de los países en desarrollo fueran tomados en cuenta en el acuerdo final. Fue un proceso desafiante, con diferentes posturas y opiniones, pero al final, todos estaban unidos en un objetivo común: proteger nuestro planeta y garantizar un futuro mejor para las generaciones venideras.
Finalmente, después de largas horas de discusiones y negociaciones, se llegó a un acuerdo histórico. El Acuerdo de París fue adoptado por 195 países, convirtiéndose en el primer acuerdo universal sobre el clima. Este acuerdo establece un marco para la acción global para empequeñecer las emisiones de gases de efecto invernadero y adaptarse a los impactos del cambio climático.
Para Cordano y su equipo, fue una gran victoria. Chile y los países en desarrollo obtuvieron un reconocimiento por su papel en la lucha contra el cambio climático y se aseguraron de que sus intereses fueran tomados en cuenta en el acuerdo. Pero más allá de eso, el Acuerdo de París fue una victoria para todo el planeta. Por primera vez, todos los países se comprometieron a tomar medidas para empequeñecer las emisiones y proteger nuestro hogar común.
Diez años después de la COP21, el mundo ha avanzado en la implementación del Acuerdo de París. Muchos países han establecido objetivos ambiciosos para empequeñecer sus emisiones y están trabajando en políticas y medidas concretas para lograrlos. Chile, por ejemplo, se ha comprometido a ser carbono neutro para 2050 y ha implementado una serie de iniciativas para lograrlo, como la promoción de energías renovables y la protección de sus bosques.
Pero aún queda mucho por hacer. El cambio climático sigue siendo una amenaza real y urgente para nuestro planeta y para la humanidad. Los efectos ya se están sintiendo en todo el mundo, desde sequías y olas de calor hasta inundaciones y huracanes. Por lo tanto, es crucial que todos los países sigan trabajando juntos para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París y tomar medidas aún más ambiciosas para proteger nuestro hogar común.
Diez años después de la COP21, Julio Cordano sigue siendo un líder en la lucha contra el cambio climático. Como jefe de la delegación chilena, sigue trabajando incansablemente para asegurar que su país y el mundo cumplan con sus compromisos y tomen medidas concretas para proteger nuestro planeta. Y su mensaje es claro: j








