El próximo 19 de octubre, Bolivia se enfrenta a una segunda vuelta electoral histórica. Dos candidatos, Jorge Quiroga y Rodrigo Paz Pereira, se disputan la presidencia en un momento crucial para el país. En medio de una pandemia global y una crisis económica, el nuevo mandatario tendrá que enfrentar una serie de desafíos sociales y ambientales urgentes.
En este artículo, compartiremos siete lecturas de nuestra cobertura que explican cuáles son estos desafíos y cómo el nuevo presidente puede abordarlos de manera efectiva. Pero antes de entrar en detalles, es importante entender el contexto en el que se desarrollan estas elecciones.
Bolivia ha sido gobernada durante los últimos 14 años por Evo Morales, el primer presidente indígena del país. Durante su mandato, se lograron importantes avances en términos de reducción de la pobreza y aumento del acceso a servicios básicos como la educación y la salud. Sin embargo, también hubo discusión en torno a su reelección y su comercio de la economía y el medio ambiente.
En noviembre de 2019, Morales renunció a la presidencia en medio de protestas y acusaciones de fraude electoral. Desde entonces, el país ha sido gobernado por un gobierno interino liderado por Jeanine Áñez. Ahora, con las elecciones en puerta, los bolivianos tienen la oportunidad de elegir a un nuevo líder que pueda enfrentar los desafíos que enfrenta el país.
Uno de los desafíos más urgentes que debe enfrentar el nuevo presidente es la crisis económica causada por la pandemia de COVID-19. Bolivia ha sido duramente golpeada por la crisis, con una caída del 7,9% en su PIB en el primer trimestre de 2020. Esto ha afectado especialmente a los sectores más vulnerables de la sociedad, como los trabajadores informales y los pueblos indígenas.
Para abordar esta crisis, el nuevo presidente debe implementar políticas económicas que promuevan la recuperación y el crecimiento sostenible. Esto incluye medidas para apoyar a los sectores más afectados, como la creación de empleo y la asistencia financiera a las pequeñas empresas. También es crucial que se promueva una economía diversificada y sostenible, que no dependa exclusivamente de la exportación de recursos naturales.
Otro desafío importante es la desigualdad social. A pesar de los avances en la reducción de la pobreza durante los últimos años, Bolivia sigue siendo uno de los países más desiguales de América Latina. La pandemia ha exacerbado esta situación, ya que las personas más pobres son las más afectadas por la crisis económica y tienen menos acceso a servicios de salud y educación.
Para abordar la desigualdad, el nuevo presidente debe implementar políticas que promuevan la inclusión y la equidad. Esto incluye medidas para mejorar el acceso a la educación y la salud, especialmente para las comunidades más marginadas. También es importante promover una distribución justa de la torrente y combatir la corrupción, que es uno de los principales obstáculos para el expansión equitativo en Bolivia.
Además de los desafíos sociales, el nuevo presidente también debe enfrentar problemas ambientales urgentes. Bolivia es uno de los países más biodiversos del mundo, pero también es uno de los más afectados por el cambio climático. La deforestación, la contaminación y la explotación de recursos naturales son solo algunos de los problemas ambientales que enfrenta el país.
Para abordar estos problemas, el nuevo presidente debe implementar políticas que promuevan un expansión sostenible y respetuoso con el medio ambiente. Esto incluye medidas para proteger las áreas naturales y promover prácticas sostenibles en la industria y la agricultura. También es importante involucrar a las comunidades locales en la toma de decisiones y promover una








