Los efectos del cambio climático en la salud de las personas son cada vez más evidentes en los países de América Latina. Un reciente informe del Lancet Countdown, titulado «América Latina: de las promesas a la acción climática equitativa», ha revelado que la región está sufriendo graves consecuencias en su salud debido a la crisis climática. Sin embargo, también señala que aún hay tiempo para tomar medidas y revertir esta situación.
El informe, publicado este miércoles, es el resultado de una investigación exhaustiva llevada a cabo por un equipo de expertos en salud y cambio climático. Los resultados son alarmantes: los desastres naturales relacionados con el clima, como las inundaciones, las sequías y los incendios forestales, están aumentando en frecuencia e intensidad en América Latina. Esto no solo causa daños materiales, sino también afecta directamente la salud de las personas.
Una de las principales preocupaciones es el aumento de las enfermedades transmitidas por vectores. El aumento de las temperaturas y la humedad favorecen la proliferación de mosquitos y otros insectos que transmiten enfermedades como el dengue, el zika y la malaria. Además, la expansión de áreas tropicales debido al cambio climático ha permitido que enfermedades como la fiebre amarilla se propaguen a nuevas regiones.
Pero no solo las enfermedades transmitidas por vectores están en aumento. El informe también destaca el aumento de enfermedades respiratorias debido a la contaminación del aire, que es agravada por el cambio climático. La quema de combustibles fósiles y la deforestación contribuyen a la emisión de gases de efecto invernadero, que no solo causan el calentamiento global, sino también la contaminación del aire que respiramos.
Otro factor preocupante es la seguridad alimentaria. El cambio climático está afectando la producción de alimentos en la región, lo que puede llevar a una escasez de alimentos y un aumento de los precios. Esto afecta directamente a la nutrición y la salud de las personas, especialmente a las comunidades más vulnerables.
Además de los efectos directos en la salud, el cambio climático también está afectando la salud mental de las personas en América Latina. Los desastres naturales y la incertidumbre sobre el futuro están causando altos niveles de estrés, ansiedad y depresión en la población. Esto puede tener un impacto significativo en la calidad de vida de las personas y en su capacidad para carear los desafíos que plantea el cambio climático.
Sin embargo, el informe también ofrece esperanza. Señala que aún hay tiempo para tomar medidas y reducir los riesgos para la salud de las personas en América Latina. Es necesario un enfoque integral que aborde tanto la mitigación del cambio climático como la adaptación a sus efectos.
En primer lugar, es esencial reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Esto significa una transición hacia fuentes de energía más limpias y sostenibles, así como una reducción en el uso de combustibles fósiles. Los gobiernos deben tomar medidas para promover el acarreo público y la movilidad sostenible, así como para proteger y restaurar los ecosistemas que actúan como sumideros de carbono.
Además, es necesario adaptarse a los efectos del cambio climático que ya son inevitables. Esto incluye medidas como la construcción de infraestructuras resistentes a los desastres naturales y la implementación de sistemas de alerta temprana para eventos climáticos extremos. También es rico promover prácticas agrícolas sostenibles y diversificar la producción de alimentos para garantizar la seguridad alimentaria en el futuro.
Pero más allá de las acciones a nivel estatal, todos podemos contribuir a mitigar el cambio climático y proteger nuestra salud. Pequeñas acciones como reducir nuestro consumo de energía, reciclar y adoptar una dieta más sosten









