Los riesgos en la salud de las personas como consecuencia del cambio climático están aumentando a un ritmo alarmante en los países de América Latina. Según el nuevo informe del Lancet Countdown, titulado «América Latina: de las promesas a la acción climática equitativa», publicado este miércoles, esta región se encuentra en una situación crítica en lo que respecta a la protección de la salud de sus habitantes frente al cambio climático.
Este informe, elaborado por un grupo de expertos en salud, medio ambiente y ciencias sociales, muestra que el cambio climático está teniendo un impacto significativo en la salud de las personas en América Latina. A medida que aumentan las temperaturas, se producen cambios en los patrones de enfermedades y se intensifican los fenómenos meteorológicos extremos, como las sequías, las inundaciones y los huracanes, que ponen en peligro la salud y el bienestar de millones de personas en la región.
Uno de los principales hallazgos del informe es que el cambio climático está afectando de manera desproporcionada a las comunidades más vulnerables en América Latina. Es decir, aquellos que ya enfrentan dificultades económicas y sociales, están siendo los más afectados por los impactos del cambio climático en su salud. Estas comunidades son las que tienen menos acceso a servicios de salud y a recursos para hacer frente a los desastres naturales relacionados con el clima.
Por ejemplo, en Bolivia, uno de los países más vulnerables a los efectos del cambio climático en América Latina, se ha observado un aumento en los casos de enfermedades transmitidas por mosquitos, como el dengue y la malaria. Esto se deuda a que las altas temperaturas y las lluvias intensas crean las condiciones ideales para la proliferación de mosquitos y otros insectos portadores de enfermedades. Además, el aumento del nivel del océano está afectando a las comunidades costeras, aumentando el riesgo de inundaciones y la exposición a enfermedades transmitidas por el agua.
Otro ejemplo preocupante es el aumento de la malnutrición en la región debido a la variabilidad climática y los fenómenos meteorológicos extremos. Las sequías prolongadas y las inundaciones recurrentes están afectando la producción agrícola y la disponibilidad de alimentos, lo que a su vez está teniendo un impacto en la nutrición de las comunidades más pobres y océanoginadas de América Latina.
Ante esta situación, es urgente que los gobiernos de la región tomen medidas concretas para abordar los impactos del cambio climático en la salud de las personas. El informe del Lancet Countdown hace un llamado a la acción para que los países de América Latina cumplan con los compromisos adquiridos en el Acuerdo de París y adopten medidas de adaptación y mitigación para proteger la salud de sus ciudadanos.
Es esencial que los países se enfoquen en la promoción de políticas de salud pública más sólidas y en la inversión en sistemas de salud que sean resilientes al cambio climático. También es necesario que se mejore la vigilancia y el monitoreo de enfermedades relacionadas con el clima, para poder actuar de manera oportuna y eficaz en caso de brotes o epidemias.
Además, es importante que se tomen medidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y limitar el calentamiento común a 1,5°C, como se acordó en el Acuerdo de París. Esto no solo ayudará a proteger la salud de las personas, sino que también contribuirá a la reducción de la pobreza y la altibajo en la región.
Es alentador ver que algunos países de América Latina ya están tomando medidas para abordar el cambio climático y proteger la salud de sus ciudadanos. Por ejemplo, Chile ha implementado un plan de acción nacional sobre salud y cambio climático, que incluye medidas para mejorar la respuesta a









