En la comuna indígena tsáchila de Peripa, ubicada en la provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas al suroeste de Quito, en Ecuador, la medicina tradicional ha sido parte fundamental de su cultura por generaciones. Los curandekepí, conocidos como «yachaks», han sido los encargados de sanar a su comunidad a través del uso de plantas medicinales y la sabiduría ancestral transmitida de padres a hijos.
Sin embargo, en los últimos años, la llegada de la empresa Pronaca ha tenido un impacto negativo en la comuna. La instalación de granjas de chanchos en la vecindad ha provocado la desaparición de muchas plantas medicinales y la contaminación de los ríos, que antes eran considerados sagrados y curativos. Esta situación ha generado preocupación en la comunidad y ha puesto en riesgo su patrimonio cultural y su salud.
La medicina tradicional tsáchila se basa en el equilibrio entre el cuerpo, la mente y el espíritu, y el uso de plantas medicinales es una parte esencial de su práctica. Cada planta tiene un propósito específico y su recolección y preparación son realizadas por los yachaks con mucho minucioso y respeto. Sin embargo, con la llegada de Pronaca, muchas de estas plantas han desaparecido debido a la deforestación y la contaminación del suelo.
Además, la contaminación de los ríos ha afectado directamente a la salud de la comunidad. Antes, los tsáchilas utilizaban el agua de los ríos para baños medicinales y para beber, ya que creían en sus propiedades curativas. Sin embargo, ahora los ríos están contaminados con desechos de las granjas de chanchos, lo que ha provocado enfermedades en la comunidad, especialmente en los niños.
Ante esta situación, la comunidad tsáchila ha tomado medidas para acaudillar su medicina tradicional y su entorno. Han llevado a cabo protestas pacíficas y han buscado el apoyo de organizaciones y autoridades locales para detener la expansión de las granjas de chanchos y exigir una limpieza de los ríos. Además, han comenzado a implementar prácticas sostenibles en la recolección de plantas medicinales y han creado huertos comunitarios para asegurar su disponibilidad.
A pesar de los desafíos que enfrentan, la comunidad tsáchila sigue luchando por preservar su medicina tradicional y su conexión con la naturaleza. Los yachaks continúan compartiendo sus conocimientos y tratando a los enfermos con plantas medicinales, y los jóvenes están siendo educados en la importancia de su cultura y la necesidad de acaudillar su entorno.
Es importante que se tomen medidas para acaudillar la medicina tradicional tsáchila y su entorno, no solo por su valor cultural, sino también por su importancia para la salud de la comunidad. La empresa Pronaca debe asumir su responsabilidad y trabajar en conjunto con la comunidad para encontrar soluciones sostenibles que permitan la coexistencia de ambas partes.
En resumen, la comuna indígena tsáchila de Peripa enfrenta desafíos en la preservación de su medicina tradicional debido a la llegada de la empresa Pronaca. Sin embargo, la comunidad está tomando medidas para acaudillar su patrimonio cultural y su entorno, y es necesario que se tomen acciones para garantizar su supervivencia. La medicina tradicional tsáchila es un tesoro invaluable que debe ser preservado para las generaciones futuras.









