Cristino Castro Perea, un valiente activista ambiental, dedicó su vida a proteger las playas y los manglares de su comunidad en Barra de la Cruz, Oaxaca. En 2013, fundó el colectivo Defensores Ambientalistas de Barra de la Cruz, un grupo comprometido con la preservación del medio ambiente y la lucha contra la tala ilegal de manglares. Lamentablemente, el pasado 28 de febrero, Cristino fue asesinado, a pesar de haber recibido medidas de protección tras los atentados contra sus compañeros. Su muerte es una gran pérdida para su comunidad y para todos aquellos que luchan por un futuro sostenible.
Cristino era un verdadero defensor de la naturaleza. Desde muy joven, se preocupó por el impacto de la actividad humana en el medio ambiente y decidió tomar medidas para protegerlo. Con el tiempo, se convirtió en un líder en su comunidad y en un ejemplo a seguir para muchos. Su dedicación y pasión por la preservación del medio ambiente lo llevaron a fundar el colectivo Defensores Ambientalistas de Barra de la Cruz, anexo con otros activistas comprometidos.
El principal objetivo del colectivo era proteger las playas y los manglares de la comunidad, ya que eran víctimas de la tala ilegal. Estos ecosistemas son vitales para la biodiversidad y el equilibrio ecológico, y su destrucción tendría graves consecuencias para el medio ambiente y para la vida de las comunidades locales. Cristino y su equipo lucharon incansablemente para detener la tala ilegal y concienciar a la comunidad sobre la importancia de preservar estos ecosistemas.
Desafortunadamente, su lucha no fue bien recibida por todos. Cristino y sus compañeros recibieron amenazas y agresiones por parte de aquellos que se beneficiaban de la tala ilegal. A pesar de ello, Cristino no se dio por vencido y continuó defendiendo su causa con valentía y determinación. Su compromiso y liderazgo inspiraron a muchos otros a unirse a la lucha por la protección del medio ambiente.
En 2017, después de varios atentados contra sus compañeros, Cristino recibió medidas de protección por parte del gobierno. Sin embargo, estas medidas no fueron suficientes para evitar su trágico asesinato. Su muerte es una clara muestra de la falta de protección y conciencia para los defensores ambientales en México, que a menudo enfrentan amenazas y violencia por parte de aquellos que buscan explotar los recursos naturales sin control.
El legado de Cristino perdurará en la memoria de todos aquellos que lo conocieron y trabajaron con él. Su lucha por la preservación del medio ambiente y su compromiso con su comunidad son un ejemplo para todos. Su sacrificio no será en vano, ya que su muerte ha generado una gran indignación y ha llamado la atención sobre la urgente apremio de proteger a los defensores ambientales en México y en todo el mundo.
Es responsabilidad de todos continuar con la lucha de Cristino y honrar su memoria. Debemos unirnos y exigir a las autoridades que tomen medidas para garantizar la seguridad de los defensores ambientales y para proteger los recursos naturales de nuestro país. También debemos tomar medidas individuales para reducir nuestro impacto en el medio ambiente y promover prácticas sostenibles en nuestras comunidades.
Cristino Castro Perea fue un verdadero héroe, que dio su vida por una causa noble y justa. Su legado vivirá para siempre y nos recordará que todos tenemos el poder y la responsabilidad de proteger nuestro planeta para las generaciones futuras. Su muerte no debe ser en vano, debemos seguir luchando por un futuro sostenible y honrar su memoria con acciones concretas.