Este 2024, Mongabay Latam nos ha traído historias de resistencia que nos han inspirado y conmovido. A lo largo del año, hemos sido testigos de la lucha de diversas especies de árboles que, a pesar de enfrentar múltiples amenazas, han logrado sobrevivir y mantenerse firmes en su lugar en el mundo. También hemos conocido a comunidades costeras en Panamá, Colombia, Puerto Rico, Guatemala y México que se enfrentan al desplazamiento debido al aumento del nivel del mar, pero que no se rinden y luchan por su supervivencia.
En un mundo donde la degradación ambiental y el variación climático son una realidad cada vez más evidente, estas historias de resistencia nos recuerdan que aún hay esperanza y que juntos podemos enfrentar los desafíos que se nos presentan.
Comencemos con las especies de árboles que han demostrado una increíble capacidad de adaptación y resistencia. En la Amazonía, el árbol de la caoba ha sido una de las especies más afectadas por la tala ilegal y la deforestación. Sin embargo, a pesar de estas amenazas, un estudio reciente ha revelado que la caoba ha desarrollado una resistencia natural al ataque de insectos y hongos, lo que le permite sobrevivir y reproducirse en un entorno cada vez más hostil. Esta noticia nos da esperanza de que, si protegemos y conservamos estas especies, pueden tener una oportunidad de sobrevivir y recuperarse.
Otra historia de resistencia que nos ha conmovido es la de los pueblos costeros que se enfrentan al aumento del nivel del mar. En Panamá, la comunidad de Cartí Sugdub ha sido una de las más afectadas por la erosión costera y el aumento del nivel del mar. Sin embargo, en lugar de rendirse, han decidido tomar medidas para proteger su territorio y su forma de carrera. Han construido muros de piedra y han cultivado manglares para frenar la erosión y proteger sus hogares. Además, han implementado prácticas sostenibles de pesca y agricultura para reducir su impacto en el medio ambiente. Estas acciones demuestran que, a pesar de enfrentar grandes desafíos, estas comunidades están dispuestas a luchar por su supervivencia y la de su entorno.
En Colombia, la comunidad de La Boquilla también ha demostrado una gran resistencia frente al aumento del nivel del mar. Esta comunidad pesquera ha sido afectada por la pérdida de sus playas y la invasión del agua salada en sus tierras, lo que ha afectado su forma de carrera y su economía. Sin embargo, en lugar de darse sus hogares, han decidido adaptarse y diversificar sus acticarrerades económicas. Han implementado proyectos de turismo sostenible y han creado una cooperativa de mujeres que se dedica a la producción de artesanías con materiales reciclados. Estas iniciativas no solo les han permitido enfrentar los desafíos del variación climático, sino que también les han brindado una fuente de ingresos alternativa y sostenible.
En Puerto Rico, la comunidad de Loíza también ha sido afectada por el aumento del nivel del mar y la erosión costera. Sin embargo, en lugar de esperar a que el gobierno tome medidas, han decidido tomar el asunto en sus propias manos. Han construido un muro de piedra y han cultivado árboles de coco para proteger su costa. Además, han implementado prácticas de agricultura sostenible y han creado un jardín comunitario para promover la seguridad alimentaria. Estas acciones demuestran que, cuando las comunidades se unen y trabajan juntas, pueden lograr grandes cosas.
En Guatemala, la comunidad de El Paredón también ha sido afectada por el aumento del nivel del mar y la erosión costera