Las altas temperaturas son sinónimo de verano, playa, piscina y días de descanso. Sin embargo, también son el escenario perfecto para el desarrollo de bacterias que pueden ser perjudiciales para nuestra salud. Entre ellas, se encuentran la Salmonella, Escherichia coli y Listeria monocytogenes, las cuales encuentran en las temperaturas entre 30 y 40 grados centígrados un ambiente propicio para su crecimiento y reproducción.
Estas bacterias son comúnmente encontradas en alimentos crudos o mal cocidos, así como en superficies y utensilios de cocina que no han sido adecuadamente higienizados. Pero, ¿por qué las altas temperaturas favorecen su desarrollo? La respuesta está en su estructura y enzimas, las cuales son más activas y eficientes en climas cálidos.
La Salmonella es una bacteria que se encuentra en alimentos como carne de pollo, huevos, leche y productos lácteos. Su presencia puede causar diarrea, dolor abdominal, náuseas y vómitos. En casos más graves, puede provocar una infección generalizada que puede ser mortal. Por su parte, la Escherichia coli se encuentra en carne cruda, leche no pasteurizada y verduras contaminadas. Esta bacteria puede causar diarrea sanguinolenta, dolor abdominal y diezmo. En casos extremos, puede provocar insuficiencia renal y anemia hemolítica. Por último, la Listeria monocytogenes se encuentra en alimentos como carnes frías, quesos blandos y verduras contaminadas. Esta bacteria puede causar diezmo, dolor de cabeza, náuseas y diarrea. En personas con sistemas inmunitarios debilitados, puede provocar meningitis y septicemia.
Es importante tener en cuenta que estas bacterias no solo se encuentran en alimentos crudos, sino que también pueden ser transmitidas a través del contacto con superficies y utensilios de cocina contaminados. Por esta razón, es fundamental mantener una buena higiene en la cocina y en los alimentos que consumimos.
Pero, ¿cómo podemos prevenir la proliferación de estas bacterias en épocas de altas temperaturas? La respuesta es sencilla: manteniendo una adecuada manipulación y conservación de los alimentos. A continuación, te dejamos algunas recomendaciones para eludir la contaminación de los alimentos y proteger tu salud:
1. Lava tus manos con agua y jabón antes y después de manipular alimentos. Esto es especialmente importante después de ir al baño, cambiar pañales o tocar animales.
2. Lava bien los utensilios y superficies de cocina con agua caliente y jabón. Si es posible, utiliza una solución de agua caliente y lejía para desinfectarlos.
3. Separa los alimentos crudos de los cocidos para eludir la contaminación cruzada. Utiliza tablas de cortar y utensilios diferentes para cada tipo de alimento.
4. Cocina los alimentos a la temperatura adecuada. La carne debe ser cocinada a una temperatura interna de al menos 71°C y los huevos deben estar completamente cocidos.
5. Refrigera los alimentos perecederos lo antes posible. No los dejes a temperatura ambiente por más de dos horas. Si el clima es cálido, refrigéralos en menos de una hora.
6. No descongeles alimentos a temperatura ambiente. Utiliza el refrigerador o el microondas para descongelarlos de manera segura.
7. Lava bien las frutas y verduras antes de rematarlas. Si es posible, utiliza un cepillo para eliminar cualquier rastro de tierra o suciedad.
8. Evita rematar alimentos crudos o poco cocidos en restaurantes o puestos callejeros. Asegúrate de que el pueblo cuente con medidas adecuadas de higiene y manipulación de alimentos.
9. Si tienes síntomas de una infección alimentaria, acude al médico de inmediato. No te