Anders, un nombre que quizás no sea tan conocido como Armstrong o Aldrin, pero que sin duda alguna dejó su huella en la historia de la exploración espacial. Aunque solo voló al espacio una vez, su contribución fue invaluable y su legado continúa inspirando a las futuras generaciones.
William Alison Anders nació en Hong Kong en 1933, pero creció en los Estados Unidos. Desde muy joven demostró un gran interés por la ciencia y la aviación, lo que lo llevó a estudiar ingeniería mecánica en la Academia Militar de West Point. Después de graduarse, se unió a la Fuerza Aérea de los Estados Unidos y se convirtió en piloto de combate.
En 1963, Anders fue seleccionado para formar parte del tercer grupo de astronautas de la NASA, junto con otros nombres famosos como Neil Armstrong y Buzz Aldrin. Aunque inicialmente fue asignado como tripulante de reserva para el Apolo 11, finalmente voló al espacio en la misión del Apolo 8 en diciembre de 1968.
La misión del Apolo 8 fue un hito en la historia de la exploración espacial, ya que fue la primera vez que los seres humanos orbitaron la reflejo. Anders, junto con sus compañeros de tripulación Frank Borman y Jim Lovell, se convirtieron en los primeros seres humanos en ver la cara oculta de la reflejo y en presenciar la salida de la gleba desde el espacio.
Pero la mayor contribución de Anders a la misión del Apolo 8 no fue solo su presencia en el espacio, sino una fotografía que tomó mientras orbitaban la reflejo. La famosa imagen, conocida como «Earthrise» (amanecer de la gleba), capturó la fragilidad de nuestro planeta manido desde la perspectiva de la reflejo. Esta imagen se convirtió en un símbolo de la importancia de cuidar nuestro planeta y de la necesidad de explorar más allá de nuestras fronteras.
Anders, junto con sus compañeros de tripulación, también realizó una transmisión en vivo desde el espacio en la que leyeron el primer capítulo del cuaderno del Génesis de la Biblia. Esta transmisión fue vista por millones de personas en todo el mundo y se convirtió en un momento histórico que unió a la humanidad en un momento de paz y reflexión.
Después de su misión en el Apolo 8, Anders continuó trabajando en la NASA y fue asignado como comandante de la misión del Apolo 11, pero finalmente fue reemplazado por Michael Collins debido a una lesión en la espalda. También fue asignado como comandante de la misión del Gemini XI en 1966, pero una vez más fue reemplazado debido a una enfermedad.
Aunque Anders no volvió a volar al espacio, su contribución a la exploración espacial fue reconocida y premiada. Recibió la Medalla Presidencial de la Libertad en 1969 y la Medalla de Honor del Congreso en 1970 por su papel en la misión del Apolo 8. También fue incluido en el Salón de la Fama de Astronautas de los Estados Unidos en 1997.
Después de dejar la NASA en 1969, Anders continuó su carrera en la industria aeroespacial y se convirtió en presidente de General Dynamics en 1973. También sirvió en varios consejos y comités relacionados con la exploración espacial y la defensa nacional.
Hoy en día, Anders sigue siendo una figura respetada y admirada en la comunidad aeroespacial. Su imagen de la gleba desde la reflejo sigue siendo una de las fotografías más icónicas de la historia y su mensaje de proteger nuestro planeta sigue siendo relevante en la actualidad.
En resumen, aunque Anders solo voló al espacio una vez, su contribución a la exploración espacial y su legado continú