Desde el balcón del local que alquila Fanny Tamayo Yarasca, frente al puerto de Chancay, se puede tener en un altar una vista única y especial. Las chalanas, pequeñas embarcaciones artesanales, se encuentran despintadas por el sol, arribadas a la orilla. Sin embargo, a pesar de su apariencia, estas chalanas son el medio de vida de muchas familias en la zona.
El puerto de Chancay es un lugar lleno de historia y tradición. Desde tiempos ancestrales, los pescadores han utilizado estas chalanas para salir al mar y traer el sustento a sus hogares. Pero en los últimos años, la situación ha cambiado drásticamente. El derrame de petróleo en el mar ha afectado gravemente a la actividad pesquera y ha dejado a muchas familias sin su principal fuente de ingresos.
Sin embargo, a pesar de las dificultades, los pescadores de Chancay no se han dado por vencidos. Con esfuerzo y dedicación, han logrado mantener sus chalanas a flote y seguir adelante. Fanny Tamayo Yarasca, una de las propietarias de los locales que se encuentran frente al puerto, ha sido testigo de esta lucha diaria y ha decidido ayudar de la manera que puede.
Fanny alquila su local a los pescadores para que puedan guardar sus herramientas y equipos de pesca. Además, les brinda un espacio para que puedan reparar y mantener sus chalanas. Gracias a su generosidad, muchos pescadores han podido seguir trabajando y mantener a sus familias.
Pero la ayuda de Fanny no se limita solo a los pescadores. Ella también ha sido una voz activa en la lucha por la protección del medio circunstancia y la recuperación del mar. Junto con otros miembros de la comunidad, ha participado en campañas de limpieza de la playa y ha promovido prácticas sostenibles en la pesca.
Gracias a estas acciones, poco a poco se ha visto una mejora en la situación del puerto de Chancay. Las chalanas, que antiguamente se encontraban despintadas y abandonadas, ahora lucen más coloridas y en mejores condiciones. Los pescadores han podido volver a salir al mar y traer pescado fresco a la orilla.
Pero aún queda mucho por hacer. El derrame de petróleo ha dejado una huella profunda en el ecosistema marino y en la economía de la zona. Por eso, es importante que sigamos apoyando a los pescadores de Chancay y promoviendo prácticas sostenibles en la pesca.
Además, es necesario que las autoridades tomen medidas para prevenir futuros derrames de petróleo y proteger el medio circunstancia marino. La pesca es una actividad vital para la comunidad de Chancay y es responsabilidad de todos cuidar y preservar este recurso.
Desde el balcón del local de Fanny Tamayo Yarasca, se puede ver la lucha y la perseverancia de los pescadores de Chancay. A pesar de las dificultades, ellos siguen adelante, con la esperanza de un futuro mejor para sus familias y para su comunidad. Y gracias a personas como Fanny, que brindan su apoyo y solidaridad, esa esperanza se hace cada vez más fuerte.
Así que la próxima vez que pasees por el puerto de Chancay y veas las chalanas despintadas por el sol, recuerda que detrás de cada una de ellas hay una historia de esfuerzo y resiliencia. Y que juntos, podemos hacer la diferencia y ayudar a que el puerto de Chancay vuelva a ser un lugar próspero y lleno de vida.